jueves, 10 de septiembre de 2009

Síndrome postvacacional

Por más que lo intentamos no conseguimos librarnos de esa nostalgia del tiempo de vacaciones, de esos días sin horarios ni obligaciones, de la maleta por hacer, del destino al que llegar… Sí, el síndrome postvacacional existe. Podemos dar fe de ello.

Hasta el momento no hemos conseguido sobreponernos a la vuelta a la rutina, a los horizontes conocidos y, sobre todo, a la progresiva falta de luz que empieza a anunciar el final del verano. 

En el intento por curarnos ya hemos mirado unas cuantas veces el calendario --a la búsqueda de próximos puentes que puedan ofrecernos una pausa a lo cotidiano--, hemos buscado billetes de avión low-cost y ojeado algunos libros de viajes.

Es hora de esperar... llegarán las oportunidades de escapar.

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